Con su ponencia ‘Los residuos no son basura', el periodista ambiental José Luis Gallego fue el último invitado a las jornadas Naturcampoo, celebradas la semana pasada en La Casona de Reinosa, en la que hizo una sólida defensa sobre la necesidad de realizar un gestión sensata de los residuos, para que los ciudadanos apliquen una ecología doméstica respetuosa con el medio ambiente. "Somos seres insignificantes en comparación con este planeta", recordó.
Un planeta "patera" en el que a este ritmo no vamos a caber las personas y los recursos que generamos, vaticinó. Gallego iba ofreciendo una serie de datos, algunos de ellos bastante alarmantes, como la estadística que afirma que en 1970 cada ciudadano generaba diariamente 0´45 kg de basura y en 2013 la cifra se ha multiplicado hasta alcanzar el 1,5 kg. "Somos muchos, generamos muchísimos recursos y tenemos que ser conscientes de ello".
Poco a poco fue desmontando con datos algunas "mentiras sobre el reciclaje" que tienen calado en la sociedad, tales como: no sirve de nada separar que luego se mezcla todo, deberían pagar por reciclar como hacen en otros países, con mi esfuerzo se enriquecen los que se dedican a reciclar y además destruye empleo.
Con lemas como "el mejor residuo es el que no se genera", recordó a los asistentes lo conveniente de reducir la cantidad de bolsas de basura que se generan y apuntó algunas prácticas deseables para mirar por el medio ambiente, como es el ecodiseño que ya aplican algunas marcas a sus productos, consistente en que antes de ponerlo en el mercado hay que pensar en los residuos que va a generar.
En la misma línea, subrayó que "el reciclaje no es ecologismo, sino civismo", y señaló que "no podemos permitirnos tirar todo", tanto por el coste económico que conlleva como por el impacto ambiental, y explicó que los residuos van a dos lugares, o bien al vertedero o a la incineradora. En este sentido, no se mostró partidario tampoco de aplicar sistemáticamente estas soluciones porque "lo de transformar residuos en energía emite emisiones perfectamente contaminantes".
Asimismo, hizo una aclaración de términos aseverando que "nosotros separamos, no reciclamos, porque quien recicla es la industria".
A continuación, hizo un repaso por la variedad de contenedores que hay en la calle para depositar los residuos, y puntualizó que por todo el país hay repartidos 600.000 contenedores de vidrio, 575.000 contenedores amarillos para envases y 250.000 azules para papel y cartón.
También indicó que con la obtención de una tonelada de papel reciclado se ahorran 140 litros de petróleo, se evita un 73 por ciento de la contaminación atmosférica y un 92 en aguas y se evita la tala de 17 árboles maduros. En cuanto al vidrio, aseguró que por ocho botellas recicladas se evita la emisión de 1kilo de CO2.
Por otra parte, y como dato positivo, se mostró esperanzado por la tendencia en prácticas de reciclaje porque "en 1997 solo se reciclaba un cinco por ciento y en 2013 el porcentaje supera el setenta".
El reto -planteó en su exposición- también está en separar la materia orgánica, pues "tiramos la mitad de la comida que compramos". Y no se trata de los desperdicios de los alimentos, sino de los que no se han llegado a consumir ni preparar. Desde su punto de vista, "la estrategia del comercio es que el stock lo tengamos nosotros en casa", refiriéndose a esas promociones en las que se ofrecen grandes cantidades de un producto a un precio rebajado, que se compran impulsivamente mirando si conviene a la cartera en lugar de si obedece realmente a un consumo responsable.
España ponte las pilas.
Otro punto de su ilustrativa ponencia fue el reciclaje de pilas. Gallego recordó que nuestro país es el que más pilas consume y por el contrario el que menos recicla de toda la Unión Europea. "Una sola pila de botón puede impedir que sea potable todo el agua que entra en un aljibe con una capacidad de una piscina olímpica", aseguró.
Para corregir la situación, sugirió que todas las pilas usadas se depositen en algún recipiente en casa y que cuando esté lleno, se lleven a sus contenedores específicos, y que no se dejen por la caso ni mucho menos en la calle.