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Obituario | Reinosa

Pepe Espurz, una pasión por el color, in memoriam

Son muchos los recuerdos que me vienen a la memoria de Pepe. Tantos, desde aquellos maravillosos años 80, cuando nos daba clase de dibujo en el colegio Antares.

Sus enseñanzas y su simpatía pronto se convirtieron en una amistad que duró mucho tiempo... Pepe Espurz era un gran artista del color, de la sorpresa, con una amplia paleta y sobre todo de una extensa variedad de temas, los abstractos, sus vibrantes paisajes o aquellos con un matiz figurativo y surrealista.

Creo que todos los reinosanos y también los de fuera de su tierra natal, conservarán en su memoria algún cuadro de Pepe, esos estallidos de color y luz que inundaron, primero, la sala de exposiciones del Banco Bilbao, en los años 80 y 90, y posteriormente en La Casona.

Muchos son los artistas de nuestra ciudad que fueron alumnos de sus clases de pintura, y también, que participaron de sus conversaciones y sus ideas sobre el arte, la vida y las pasiones.

Pepe estuvo implicado en muchas lides culturales. De su mano, en los años 90, participé en alguna tertulia cultural en Santander, cuando era un estudiante.

Pepe colaboró activamente en la cultura local, y fue durante muchos años jurado de las Justas Literarias. Participaba en aquellos proyectos que se le propusieran, y hay uno muy especial para mi, en el cual colaboró también mi amigo Alberto Gallo, el primer libro colectivo de jóvenes escritores de Reinosa que se publicó en 1997 bajo el título de 9+2 al natural, un libro que reunió a todos los aquellos que tenían inquietudes culturales... texto e imagen, en total once personas colaborando en un proyecto especial. Posteriormente me ofreció colaborar en alguno de sus catálogos abriéndome una posibilidad de interpretar su pintura.

Pepe explotaba su personalidad construyendo un halo cálido, especial, repleto de fuerza e ilusión por lo que hacía.
Todos, creo, tenemos un recuerdo de Pepe, de su pintura, de su dandismo y su presencia.

En pintura siempre fue fiel a sus principios de explorar, color, luz, abstracción y onirismo, figuración... Pepe era un excelente dibujante y eso fue la base de su posterior trabajo.

El tiempo es inexorable y la muerte es la embajadora de ese instante que es la vida. Pepe ahora vivirá en sus lienzos y en cada pincelada que dio se podrá apreciar su aliento.

Le recordaremos por su pintura y muchos por sus recomendaciones musicales en la segunda planta del Lápiz de oro, un espacio cultural que dejó un gran recuerdo en los reinosanos de aquellos interesantes años.
Pepe Espurz, descansará eternamente entre nosotros, la tierra será leve y el color será para siempre su santuario.

Daniel Guerra de Viana