El Fondo para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS) ha comenzado este fin de semana la campaña de prevención de daños de oso. Así, este viernes y sábado, en colaboración con APICAM, Asociación de Apicultores Campurrianos, se ha celebrado la primera jornada técnico-práctica para evitar daños de oso.
FAPAS se va a centrar este año en el área oriental de las montañas cantábricas, donde hay una menor población osera, pero que comienza también a presentar el mismo proceso de dispersión de ejemplares hacia zonas alejadas de los núcleos de reproducción.
La jornada teórica tuvo lugar este viernes en La Casona de Reinosa, con la participación de apicultores de la zona, mientras que la parte práctica se desarrolló este sábado en Mazandrero, donde los asistentes pudieron conocer de primera mano cómo se procedía a la instalación de un sistema de cierre de colmenares, en uno de los que el año pasado sufió daños por el oso.
Así, acompañados por los apicultores, montaron un nuevo sistema de protección que FAPAS ha estado experimentado y que de manera sencilla y económica permite evitar la entrada de los osos en los colmenares y los consiguientes daños.
La actividad, tal y como han anunciado desde FAPAS, proseguirá los próximos meses con los apicultores campurrianos, realizando nuevas jornadas de trabajo de campo para revisar y proteger sus colmenares.
Prevenir los daños
Y es que hay una unanimidad entre todos los apicultores de las montañas cantábricas. Hasta ahora, la situación derivada de tener un daño de oso en un colmenar era la de reclamar el daño a la administración y esperar a recibir la compensación económica. En ocasiones, después de muchos meses de haber sufrido la destrucción de las colmenas.
La campaña de prevención del FAPAS trata de anticiparse a esta situación, trabajar en prevención antes que trabajar en reconstruir las colmenas destruidas.
Los sistemas de protección que se están utilizando en función de la información que reciben los apicultores no son adecuados. La entrega gratuita de pastores no es suficiente, ya que aunque la técnica de instalar los sistemas de protección es sencilla, hay que dominarla. No es solo instalar unos hilos eléctricos entorno al colmenar, eso no es suficiente como bien están comprobando los apicultores.
Los pequeños colmenares distribuidos por toda la montaña cantábrica son imprescindibles en la actualidad para favorecer la polinización de los ecosistemas. Por tanto, no solo su protección ante el oso, sino también favorecer la presencia de estos colmenares estáticos que permanecen durante todo el año en un mismo asentamiento, deberían de ser fuertemente favorecidso por las administraciones públicas.
Desaparecida la abeja melífera en estado silvestre, estos colmenares se convierten en el mejor mecanismo de favorecer la polinización de los hábitats oseros. Sin abejas no hay polinización adecuada de los ecosistemas lo que repercute en menor productividad de frutos silvestres para el oso. "Su protección es imprescindible", señalan desde FAPAS.